"Oír un tango es besar con lágrimas el amarillento retrato de ese amor que intuimos imposible y que nuestra memoria rompe, para volver a armarlo en tardes de aguacero y soledades, como una pregunta fracturada.
Oír tango es poner el pecho ante la adversidad y embriagarse en el alcohol de la añoranza.
Oír un tango es haber plantado la sonrisa en el volver a un tiempo que nunca conocimos pero al que amamos como si estuviera situado en el futuro..."
SOY EL QUE PUDE
Francisco "El Pájaro" Febres Cordero