No. Él no entiende mi silencio ni mis frases entrecortadas. Tampoco es capaz de entender mi llanto.
Él existe para él, para sus obsesiones... él existe en la medida en que es juzgado por su propia cabeza y en la demanda que le sigue a ese mero hecho de creer que existir significa estar físicamente.
En lo que a mí respecta, él no ha estado nunca conmigo y dudo, de verdad dudo, que un día sea capaz de conseguirlo..."
Capítulo: Carta a deshoras
Confesiones de mi compulsión
1 comentario:
Certera prosa. Todos los éxitos para tu Obra. Nos leemos.
Saludos ;-)
Publicar un comentario