EL AÑO QUE ESTÁ
Ha emprendido su carrera este 2015. Y yo soy arrastrada en las consecuencias de muchas maneras.
Finalmente soy Médico Cirujana. Finalmente soy italiana. Finalmente he regresado a las malas andanzas y a las buenas compañías, a las risas sin sentido por las madrugadas y a no callarme nunca (como siempre debió ser).
(La foto me muestra en mi travesía de los 14 km alrededor de la ahora laguna, antes volcán, Cuicocha... a unos 3000 metros sobre el nivel del mar)
Que si regreso a estos lugares lo hago más viva y más enamorada, es cierto. Enamorada de la locura que sigue brotando, que no se detiene, que termina por deshidratar el cotidiano. Pero ya ven, que motivos sobran para seguir contenta, que camas me esperan para seguir soñando en almohadas que no son mías, que hay manos que aún no sostengo y labios que debo probar.
Que en nada este blog volverá a tener entradas más frecuentes pero desde otra localización.
A nada de dejar este país, Ecuador, para ir a refugiarme en lo que España me dé al menos por unos años.
Regreso a Europa, señores. Regreso a la libertad que viene con la amnesia selectiva de los versos... regreso y ojalá sea para encontrarme con las deudas que tengo, para reencontrarme con los que allá quedaron/mos.
Regreso a todo y dejo mucho. El tiempo será, como siempre, el único que dictamine la sentencia de mis decisiones. Ojalá (de corazón pido) que la vida se haga más llevadera, que me haga menos daño el andar siempre con el rumbo errante que acostumbro.
Y que él me dure muchos años. Que me dure, si es preciso, la vida que me hace falta. Sí, que no se olvide de las promesas de agua helada y las bobadas que uno repite 16 años después. Los mordiscos y los caramelos, el ajenjo y flotar.
Flyin' across my mind
Belén J.
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