Todo el caos que desato a diario. Una nueva perspectiva.
El mundo se comprime en versos...
Locura, magia y poesía.
domingo, marzo 09, 2008
Diciembre // photo: Quito por Belén, desde la Basílica (C.C.E.F.)
DICIEMBRE Hoy a Quito le han brotado ojos, han despeinado su calma y brotan manos, papeles, olvidos. Hoy a Quito le brotan aguas y a la boca desde donde te maldigo, le salen pies, tempestades, le salen tristezas y antigüedad.
Recuerdo una tarde que subí, con un ecuatoriano procedente del Carchi y un japonés aventajado y cuya tez parece más limeña que oriental. Ascendimos a las torres de la Basílica. Desde allí, a vista de pájaro, de quinde o de quuriquingue, como quien dice, se siente palpitar el mismísimo centro de Quito. Mal llamado colonial por los conquistadores españoles. Parece que con "colonial" arremete contra lo que es propio de él, dándole una dependencia con el arte de la metrópoli. Pero las cosas, más el arte o la antigüedad, terminan siendo propias, asimismo, del lugar donde se generan. Tarde o temprano así sucede. Es más, una lectura prometedora de Adoum o de Carrera Andrade te muestran facciones más íntimas de nuestro añorado Quito. ¿No es así? Lo mismo que la creación de nuestros espacios. Una vez que opinamos, sentimos, convenimos, o acordamos, aquí, nuestras palabras dejan de ser "coloniales" de nosotros mismos, para convertirse en "propias" del lugar donde están. Que nadie pregunte por qué estan aquí. Las mías, por ejemplo, por una razón más que evidente. Solo dejo palabras donde quiero. Va más allá del capricho. Las palabras son balas. Las palabras son flechas de jíbaro. Pero mi reflexión, esta vez, quiere centrarse en Quito, desde la Basílica. Desde mi Basílica particular -que es la distancia- opino que, cuando el río suena, agua lleva. En Valparaiso observé y sentí el mismo descuido de la humedad, reflejado en las paredes, lo que en Quito se refleja en muchas tardes grises. En París es parecido, pero hay que irse al río Sena. En Santiago de Compostela, cae directamente del cielo la misma sensación. En Lima viene del mar. En Santiago de Chile desciende de los Andes. En la costa de Marruecos viene del Sahara. Somos multidireccionales. También somos de las tardes de los jueves.
si tre comento el mas reciente o el que esta bajo este, igual tu novio puede enojarse ehehehehejuy! y comentar aqui auqneu este este ya comentado es de menos riesgo hahahaha creo... hahaha saludos al cuniado (o sea tu xaviercilio) hehe estas enamorada, ests enamorada!!!!! krstn >.<
DICIEMBRE
2 comentarios:
Recuerdo una tarde que subí, con un ecuatoriano procedente del Carchi y un japonés aventajado y cuya tez parece más limeña que oriental. Ascendimos a las torres de la Basílica. Desde allí, a vista de pájaro, de quinde o de quuriquingue, como quien dice, se siente palpitar el mismísimo centro de Quito. Mal llamado colonial por los conquistadores españoles. Parece que con "colonial" arremete contra lo que es propio de él, dándole una dependencia con el arte de la metrópoli. Pero las cosas, más el arte o la antigüedad, terminan siendo propias, asimismo, del lugar donde se generan. Tarde o temprano así sucede. Es más, una lectura prometedora de Adoum o de Carrera Andrade te muestran facciones más íntimas de nuestro añorado Quito. ¿No es así? Lo mismo que la creación de nuestros espacios. Una vez que opinamos, sentimos, convenimos, o acordamos, aquí, nuestras palabras dejan de ser "coloniales" de nosotros mismos, para convertirse en "propias" del lugar donde están. Que nadie pregunte por qué estan aquí. Las mías, por ejemplo, por una razón más que evidente. Solo dejo palabras donde quiero. Va más allá del capricho. Las palabras son balas. Las palabras son flechas de jíbaro. Pero mi reflexión, esta vez, quiere centrarse en Quito, desde la Basílica. Desde mi Basílica particular -que es la distancia- opino que, cuando el río suena, agua lleva. En Valparaiso observé y sentí el mismo descuido de la humedad, reflejado en las paredes, lo que en Quito se refleja en muchas tardes grises. En París es parecido, pero hay que irse al río Sena. En Santiago de Compostela, cae directamente del cielo la misma sensación. En Lima viene del mar. En Santiago de Chile desciende de los Andes. En la costa de Marruecos viene del Sahara. Somos multidireccionales. También somos de las tardes de los jueves.
si tre comento el mas reciente o el que esta bajo este, igual tu novio puede enojarse ehehehehejuy! y comentar aqui auqneu este este ya comentado es de menos riesgo hahahaha creo... hahaha
saludos al cuniado (o sea tu xaviercilio) hehe
estas enamorada, ests enamorada!!!!!
krstn >.<
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