domingo, octubre 30, 2011

Mejorando el vocabulario

Mamihlapinatapai

Mamihlapinatapai es una palabra del idioma de los indígenas yámanas de Tierra del Fuego, listada en el Libro Guinness de los Récords como la "palabra más concisa del mundo".

La palabra describe "una mirada entre dos personas, cada una de las cuales espera que la otra comience una acción que ambos desean pero que ninguno se anima a iniciar"

martes, octubre 04, 2011

Octubre y la sandía (divagaciones en MI interior... o en MI Bemol)


(La primera fotografía fue tomada en septiembre, a finales... me pregunto si eso fue lo que motivó a Martina... ¿Quién es Martina? ¿Qué hizo? La explicación está más abajo pero no todas las respuestas)
Me considero una persona de inviernos y eso que en mi país solo caben dos estaciones ajustadas muchas veces en un mismo día. Pero, contra todo pronóstico, seguimos teniendo dos estaciones "marcadas"... (a lo largo del año podemos tener dos inviernos y tres veranos sin que esto signifique que para el siguiente las cosas se mantendrán)

El invierno equivale a los días con predominio lluvioso. Abril es un gran mes para las lluvias pero octubre también lo es. Y vaya que me gusta octubre.

Despertar con el cielo completamente nublado, salir de casa con la nariz completamente fría (no, aquí nunca tenemos temperaturas bajo cero), tomar el autobús y mirar desde allí como, a medida que asciendo a la ciudad (porque vivo en un valle), la neblina se vuelve menos densa y el cielo aparece más oscuro.
Los hospitales en este momento de mi vida ya no son un lugar de culto, ahora son un lugar de trabajo, de aprendizaje diario, de estrés... Y, sinceramente, no hay nada que me guste menos que la falta de emociones... Los hospitales ya no son ni alegres, ni tristes, ni aburridos... ahora solo son un lugar que me contiene y me retiene, un escenario sórdido donde mi mejor actuación es la del cuerpo con mandil y en silencio.

Octubre.

Hablaba de octubre porque amo este mes. Así como los jueves son días jodidamente inexplicables, los octubres son meses en que tengo una paz interna increíble y me la paso de buen humor la mayor parte del tiempo. Es más, incluso me atrevo a pensar que cuando muera será un octubre el que tenga que lidiar con mi existencia en suspensión.

Octubre y la locura. Octubre y la sandía.

Cuando tienes un alma gemela, lo notas de inmediato. Pero yo tengo demasiadas almas gemelas, como una repartición injusta y hermosa.
Aquí en Ecuador, allá en Argentina, de paso por Colombia y a futuro en Italia, del otro lado del continente, en otro continente y cerca del mar... hay muchos nombres que merecen la mención pero sobre todo, el amor que les tengo.
Y todo esto lo escribo mientras observo la rodaja de sandía que tengo a un lado de mi escritorio.

¿Cómo llegó a mí una sandía?


Martina. Así se llama la culpable de mis manías más intensas y el humor ingenioso. La amo. A ella y a la sandía que me regaló.
Estaba en la biblioteca y ella debía llegar a la universidad en cualquier momento. Decidí enviarle un mensaje de texto pidiendo a gritos que me trajera algún dulce... cuando llegó, en una funda plástica negra, vino una sandía de al menos unos 3 kilos.
"Me dijiste algo dulce". Esa fue su respuesta.

Y es que en mi país tenemos todos los climas en un solo día, lo que implica necesariamente que tenemos todas las frutas durante todo el año.

Es delicioso, sí, sentir cómo la lluvia inunda la soledad de mi barrio, la lujuria de los volcanes... y oler la carne roja y tierna, pero sobre todo, tropical, a dos palmos de distancia.

Una sandía en octubre... y el clima hipertímico, para variar.


PD: Hace tiempo que no leo los blogs amigos. Pero prometo, firmemente, que en cuanto me acurruque completamente en octubre, me dedicaré a pasear por donde cada uno de ustedes está.

Abrazos y besos mojados para todos