martes, noviembre 20, 2012

Finales de Noviembre


Hoy, salida a prisa del sueño, aferrarme a un tubo metálico de autobús con miles de manos por antecedentes, con historias a medio contar. Mi viaje se da en un escenario a lo Macondo, repleto de olores, de temperaturas, de bostezos.

Luego, el día transcurre desde un cuartucho de hospital, lleno de nada, con manchas en las sábanas, con desprecio hacia todo, con ganas de explotar. Es el cotidiano.

Más tarde, despliegue de incertidumbre, me veo sentada frente a un banco de preguntas para las que, definitivamente, no tengo respuesta.

Esto de extrañar me tiene incompleta, desatenta. Y me importa un pito (Oliverio dixit) que hoy me juzguen, me dejen plantada o simplemente me ignoren. Hoy me importa nada que se acerquen los días de fiesta, los pretendientes y los ganadores del título "me vales un carajo desde hace tanto", hoy no me importan los influjos hormonales del medio ni que las botas tengan la suela delgada no apta para seguirme el ritmo.

Hoy no me importó nada que no fuera convertir a los satélites en los mecanismos de mi devoción, en hacer de mis intentos una llamada  satisfactoria, una que me lleve hacia tu voz, a tu existencia.

Malditas señales de telefonía inexacta, estúpida hora en que la gente pretende meterme en el saco de sus propios defectos... el reflejo íntegro de sus inseguridades, mi mala memoria por retener palabras y suspiros...

Hoy, día de noviembre impreciso...

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