Si a Quito le sobran historias
de he decir que a mí me faltan verdades.
Que en mitad del universo, de los cuentos que ya no relato,
tengo a mi ciudad latiéndome en la piel.
Quito, la verdadera conjugación de mi pasado,
mi horizonte predilecto,
el sinsabor de mi mirada, el retoño de mis párpados abiertos.
Si a Quito le sobran historias, a mí me faltan miedos.
Cuando despierto, arrebato de cordura en este firmamento,
tiendo a reacomodar mis pasos como un ajedrez interminable.
Y le sacamos jaque mate a mi nostalgia.
Mi esencia de fantasma, mi boca de vientos, llaman a Quito aún en
sueños.
Y resisto esta tentación bendita de querer gritar,
arrancándome caricias a destajo
- Quito a cielo abierto –
Un grito, una palabra desmedida, el luto del error que prolongamos
- Mi Quito tiene un sol grande –
A mí me sobran llagas y me escondo en mi propia sangre
- Mi Quito es un edén de maravillas –
Y cruzo las siete calles, como pecados capitales,
en algún zaguán olvidé tu nombre.
El Panecillo, sombra madre de la añoranza,
Quito se disfraza, Quito me olvida, Quito me reemplaza.
Si a Quito le sobran historias es que a mí me duele el alma
de ir llenando páginas de memorias que no dicen casi nada...
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