Jaime Losada Giraldo
La puta triste…
La miraremos, amor
y sabremos de su fracaso.
Lánguida, con las piernas abiertas
como amapola en abril,
con los ojos marchitos de tantos labios
a los que amó.
La miraremos, amor
y sabremos de su fracaso.
Lánguida, con las piernas abiertas
como amapola en abril,
con los ojos marchitos de tantos labios
a los que amó.
La puta triste se arrastrará
cobijando con su sombra
el corazón que no es de nadie,
el cuerpo que humedeció
todas las camas y cerrojos
y que nadie se atrevió a amar.
La puta triste
nos mirará de lejos,
maldecirá nuestra dicha
y seguirá amasando
su tristeza de harina.
La puta triste,
con nombre de paz
y de sabueso
arrancará las flores
que a su paso le compadezcan.
Nosotros
la miraremos y nos verá,
recordará que fuiste uno de los tantos
que la engañó.
Pero amor,
que su pena no embargue nuestra vida…
La puta triste,
arabesco de mentiras,
seguirá consumiéndose sola,
desde cualquier esquina.
Hoy, que leía las putas tristes y a una de ellas...
Me pareció una imagen para evocar.
La puta triste, esa que va de mano en mano
creyendo que su sombra es una espina...
Con su vientre inflamado,
con su grito atorado en la carina...
Con su boca de burlas y anilina...
Belén, bondad de las lluvias...
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